Sebastián Toro Vélez

Decano de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales, Artes y de la Educación

Encontrarnos en una parte de la historia que trae consigo unos cambios vertiginosos, e incluso inimaginables, representa una nueva manera de vislumbrar la realidad, y no solo de vislumbrarla, sino también, de apropiarla, comprenderla e incluso plasmarla para no olvidarla. La disputa entre el libro físico de papel, y la pantalla es una tensión existente, producto de esos muchos cambios actuales y puesta sobre la mesa desde hace varios años; tensión que pude ser entendida desde la postura radical de Bauman, pero que a mi parecer no riñen en ningún momento, puesto que terminan, cumpliendo ese objetivo, de apropiación y comprensión de la realidad. 

Desde esa perspectiva identificamos: para algunos, la importancia; para otros el problema e incluso el reto de la escritura, la acción de escribir no obedece a un tiempo o momento particular, por el contrario, me atrevería a afirmar son los ojos del pasado, el escape del presente y la ilusión del futuro. 

Saber escribir y saber amar la lectura, son hoy un componente fundamental para todos como humanos e incluso, ¿por qué no? como especie. Sin embargo, no podemos negar que la manera correcta de hacerlo, ha estado en juego por los nuevos mecanismos de comunicación: ortografía dejada a los auto correctores, la gramática puesta en entre dicho y la redacción como si se tratara de coloquialismos, esto pues representa una necesidad latente, para la educación misma. ¿Cómo enseñar a escribir correctamente? ¿Cómo contagiar a otros sobre la pasión de leer? ¿Cómo lograrlo? Son interrogantes que han estado latentes en los discursos de quien ejerce algún rol dentro de los niveles de educación.

Cuestionamientos que no son ajenos para nosotros como Institución de Educación Superior, puesto que en la familia Unicomfacauca asumimos el reto de una formación integral para nuestros estudiantes, integralidad que no se desliga en ningún momento de la competencia lectoescritural. En consonancia con otras Alma mater, en Unicomfacauca focalizamos en el Centro de Lectura y Escritura denominado CELEER nuestro compromiso con la formación lectoescritura de toda su comunidad universitaria, allí se piensa un espacio para la formación, el acompañamiento, el arte, la cultura, las pasiones, los gustos, las diversas expresiones, sobretodo el amor por leer y escribir.

Nuestro CELEER se piensa y materializa en las funciones sustantivas de nuestra U: Docencia, Investigación y Proyección Social, de ahí que anuden esfuerzos con el propósito ya no solo de dar respuesta a la formación de sus estudiantes si no de empoderar a los sujetos entorno a los retos y desafíos que trae consigo el hoy.

Nuestro Centro de Lectura y Escritura – CELEER inicia en el año 2017 en la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales, Artes y de la Educación, con la intención de apoyar los procesos lectoescriturales de la comunidad educativa de la familia Unicomfacauca, y es así, como se inicia un camino cargado de estrategias, retos y acciones cuyo actor protagónico era la lectura y la escritura desde diferentes prospectivas.  

Dentro de este espacio, se consolida el apoyo a los estudiantes que estarían próximos a presentar sus pruebas SABER PRO, se acompaña los procesos académicos de estudiantes con tutorías, se generan acciones conjuntas con el sello editorial de Unicomfacauca, y se da inicio al Club de Lectura en agosto de 2018, como un espacio de encuentro entre estudiantes, docentes, invitados e incluso foráneos. Inicialmente se llamó Poesía y Atardecer pero a la postre incluso con la participación del Maestro Marco Antonio Valencia, se le da el nombre de Matilde Espinosa en honor a la poeta caucana. 

Así mismo, en el año 2019 se gesta la intención de consolidar un Club de Cine que permitiera dar respuesta a los gustos y/o intereses de otro tipo de población, adoptando así, el nombre de Alejandra Borrero, en honor a la actriz caucana. 

Ya en el 2021, ante los cambios que trae consigo el tiempo, se ve la necesidad de generar un proceso de reformulación, en la que, manteniendo su trabajo hasta la fecha, el CELEER pueda ir dando respuesta a otras necesidades de nuestra U de acuerdo a las funciones de Docencia, Investigación, y Proyección Social de nuestra comunidad universitaria.